
Con notables signos de inanición y dificultades para caminar debido a quebrantos de salud, así se encuentra el exlanzador del béisbol amateur Roberto Rodríguez, conocido como “Sosúa” y/o “Échale Mano”, quien añora recibir una pensión por parte del Estado.
Rodríguez, de 72 años, posee una brillante trayectoria deportiva que en otrora llenó de gloria al país en playas extranjeras. Irónicamente, hoy es víctima de la indiferencia y el olvido, confinado en su humilde hogar del sector Villa Liberación, en el municipio de Sosúa.
Ciudadanos de buen corazón que se acercaron a quien suscribe, coincidieron en que “el Gobierno debe otorgar una pensión humanitaria a ese pobre hombre, que es una gloria del deporte nacional, quien está enfermo y a duras penas sobrevive”.
Este exatleta, quien en su época fue dueño de una explosiva bola rápida y un excelente control que lo convirtieron en uno de los lanzadores más temidos del béisbol aficionado dominicano, suplica ayuda al Ministerio de Deportes que dirige Kelvin Cruz.
Para dar solución a su caso, Roberto Rodríguez recurre al “Programa de Viejas Glorias e Inmortales”, una iniciativa del Gobierno de la República Dominicana basada en la Ley 85-99, que busca proteger y brindar apoyo a atletas y figuras destacadas del deporte que han contribuido significativamente a la historia deportiva del país.
Se señala que, para colmo de calamidades, hace varios meses le fue suspendida —de forma inexplicable— una ayuda que recibía del Cabildo Municipal de Sosúa, que ascendía a no más de RD$4,000 y que le servía para alimentarse y comprar medicamentos.
Con la mirada perdida, a duras penas pudo ponerse de pie con sus piernas temblorosas, aferrándose al borde de una rústica mesa donde exhibe su más reciente placa de reconocimiento, una de las múltiples distinciones que ha recibido por su laureada trayectoria.
Esa placa que sostiene en la fotografía que acompaña esta historia le fue entregada en mayo de 2023 tras ser inducido al Salón de la Fama del Deporte de la provincia de Puerto Plata, “por sus excepcionales méritos deportivos alcanzados durante su insuperable carrera de béisbol profesional y ejemplar conducta ciudadana”.
De igual manera, se conoció que desde hace más de tres décadas Roberto Rodríguez ha estado haciendo diligencias para que se le otorgue una pensión en su condición de vieja gloria del deporte; sin embargo, todos sus esfuerzos han sido en vano mientras ve cómo su existencia se diluye cada día más.
Desde 1999 ha viajado sin éxito desde Sosúa hasta Santo Domingo, tratando de que las autoridades de Sedefir (hoy Miderec) le reconozcan sus méritos y le otorguen una pensión que le permita vivir dignamente sus últimos años.
Entre varios recortes de periódico que conserva, está la columna “La Crónica de los Martes”, escrita por el extinto cronista deportivo Cuqui Córdoba en el Listín Diario, donde el 23 de junio de 2000 su nombre figura en el número 28 de una lista de 75 atletas de béisbol a ser pensionados; algo que un cuarto de siglo después, aún no se ha concretado.
Lastimosamente, también guarda una comunicación del 23 de septiembre de 2015, redactada en la Dirección General de Jubilaciones y Pensiones a cargo del Estado (Ministerio de Hacienda), donde se explica que no le fue otorgada la pensión supuestamente por no estar indicado su número de cédula.
Además, posee dos cartas de la Federación Dominicana de Béisbol (FEDOBE), con fechas del 2 de marzo de 2011 y 21 de agosto de 2017 en las que se certifica su brillante carrera deportiva de 30 años en el béisbol dominicano.
Ambas misivas están dirigidas a los viceministros de Deportes Júnior Arias Noboa y Enmanuel Trinidad, solicitando que Rodríguez sea incluido en el Programa de Apoyo al Deporte de Alto Rendimiento, Nuevos Valores, Inmortales y Viejas Glorias (PARNI).
Apodos muy peculiares
Sus apodos provienen del mismo fragor de su vida deportiva, ya que cuando había un juego apretado y con situaciones difíciles, los managers solo decían: “¡Échale mano, Sosúa!”, para que con su poderoso brazo e inteligente forma de lanzar neutralizara la ofensiva contraria.
Méritos acumulados
El otrora lanzador, nacido en el municipio de Sosúa el 28 de marzo de 1953, acumula cuantiosos méritos. Participó con el equipo dominicano de béisbol amateur que ganó medalla de bronce en los Juegos Centroamericanos de 1970 en Panamá.
Asimismo, vio acción en los Juegos Panamericanos de 1971 en Colombia, donde el combinado criollo consiguió la medalla de plata. Cuatro años después, formó parte de los atletas que compitieron en los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1974 celebrados en República Dominicana.
Ese mismo año fue firmado como pelotero profesional por la organización de Grandes Ligas, Piratas de Pittsburgh, pero no logró adaptarse al exigente sistema de ligas menores.
Tras ver truncadas sus aspiraciones de llegar al béisbol de Grandes Ligas, Rodríguez decidió jugar en la Liga de Verano del Cibao. En 1975 jugó brevemente con los Piratas del Atlántico, siendo colíder en apariciones con 22 empatado con Miguel Sosa del equipo Tabaqueros de Santiago.