
Fue un miércoles 25 de septiembre de 1963, día funesto para la democracia, cuando el gobierno legítimo del profesor Juan Bosch, surgido de la voluntad popular, fue derrocado por un grupo de militares y civiles, con apoyo extranjero.
Juan Bosch encabezaba el primer gobierno democrático luego de la dictadura de Trujillo, un breve mandato de apenas siete meses en los que tomó una serie de medidas democráticas y se aprobó una Constitución que afectaba poderosos intereses, lo cual bastó para incubar su derrocamiento.
Haber cercenado la voluntad legítima del pueblo expresada en las urnas el 20 de diciembre de 1962, trajo como consecuencia el 24 de abril de 1965, cuando el pueblo en armas, liderado por militares progresistas, agitó la consigna del Retorno de Bosch y de la Constitución de 1963.
Cuatro días después, el 28, se produjo la intervención militar de Estados Unidos a la República Dominicana, la segunda en el siglo XX. Fueron 42 mil marines que pisotearon nuestro suelo y tuvieron de frente a miles de dominicanos alzados en defensa de la democracia y de la dignidad nacional.
Es importante recordar ese episodio histórico del que hoy se cumplen 62 años, no necesariamente para evitar que vuelvan acontecimientos tan nefastos como aquel fatídico golpe de Estado, un hecho que muy difícilmente se repita en el contexto dominicano actual, sino para dejarles claro a las presentes generaciones que los responsables fueron poderosos intereses externos, con aliados internos que temían ver reducidos sus privilegios y pretendían mantener las riquezas nacionales en manos extranjeras.
Paradójico que, mientras con aquel gobierno de Bosch la nación comenzaba a dejar atrás la ominosa tiranía de Trujillo que durante treinta años gobernó a sangre y fuego, aquel golpe de Estado abría un periodo de represión, persecuciones y pérdida de las libertades democráticas.
Hoy, a 62 años del imperdonable derrocamiento, rescatamos la hombría de bien de ese patriota siempre presente llamado Juan Bosch, en tanto los nombres de los protagonistas de la asonada ya figuran en el basurero que la historia reserva a quienes traicionan a su patria.




