
El anuncio este lunes del aplazamiento de la Cumbre de las Américas pautada para diciembre en Punta Cana, aludiendo «tensiones políticas en varios países y los efectos de recientes tormentas caribeñas», se suma a la serie de foros internacionales de alto nivel postergados o cancelados este año debido a diatribas políticas, guerras y falta de consensos.
En un mundo cada vez más fragmentado, donde el orden internacional se redefine bajo la presión de guerras, tensiones geopolíticas y crisis internas, la organización de grandes foros multilaterales ya no está garantizada.
Las cumbres internacionales, hasta hace poco símbolo de diálogo y gobernanza global, empiezan a chocar con realidades disruptivas que forzar su aplazamiento o cancelación. Este fenómeno deja huellas en los países sedes, en la credibilidad de los organismos multilaterales y en el «momentum» de iniciativas que requieren acción conjunta.
A continuación, exploramos los casos más recientes, desmenuzamos sus causas y extraemos lecciones para países que aspiran a organizar eventos clave en tiempos de incertidumbre.
Un aplazamiento que busca consenso
Las recientes crisis y tormentas pesaron en la decisión dominicana
En el caso del aplazamiento de la Cumbre de las Américas, el gobierno dominicano a través de su Cancillería sostuvo que la decisión se tomó tras semanas de consultas con Estados Unidos, la OEA y el BID, y explicó que las tensiones políticas en varios países y los efectos de recientes tormentas caribeñas hicieron recomendable esperar un clima más favorable para el diálogo.
«Todos los recursos y esfuerzos invertidos hasta ahora servirán para el próximo año», indicó la nota oficial, destacando que la decisión se tomó de forma coordinada con los principales actores internacionales.
Desde 2022, cuando se le eligió sede por unanimidad, República Dominicana trabajó en la logística, seguridad y agenda temática del encuentro. Ahora, su «prudencia» puede ser leída como diplomacia responsable o como fragilidad institucional, según el observador. El reto está en comunicar la pausa como estrategia, no como retroceso.
Cabe destacar que, minutos después del anuncio de la cancillería dominicana, el secretario de Estado de EE. UU, Marco Rubio, dio un espaldarazo a la decisión de posponer la cumbre. «Seguiremos colaborando con la República Dominicana y otros países de la región para planificar un evento productivo en 2026 que se centre en fortalecer las alianzas y mejorar la seguridad de nuestros ciudadanos».
Casos recientes emblemáticos
Aplazamiento de la conferencia de la United Nations sobre la solución de dos Estados (Israel-Palestina), junio 2025
Una de las instancias más recientes es la conferencia coorganizada por Francia y Arabia Saudí, planeada para los días 17-20 de junio de 2025 en Nueva York, con la misión de avanzar hacia una hoja de ruta concreta para un estado palestino y la seguridad de Israel. Sin embargo, tras un ataque militar de Israel contra Irán, diversos estados árabes dejaron claro que no participarían. El evento fue pospuesto.
Causas específicas e impacto:
Una escalada militar que alteró la participación de delegaciones clave.
Disenso sobre reconocimiento de Palestina y la representación de los actores involucrados.
Ausencia de asistencia garantizada por parte de países árabes, validando la decisión de aplazar el foro.
Pérdida de credibilidad en la capacidad de convocar en momentos críticos.
Incremento de costos logísticos y necesidad de re-negociar agendas.
Demora en el avance de una iniciativa diplomática extendida.
Cancelación de la cumbre Vladimir Putin – Donald Trump en Budapest, octubre 2025
La prevista reunión en Budapest entre el presidente ruso y el estadounidense fue oficialmente cancelada.
Causas específicas e impacto:
- Rusia rechazó una propuesta de alto el fuego, erosionando la base de una agenda compartida.
- El riesgo estratégico para la Unión Europea de que Putin ingresara en territorio comunitario generó resistencia.
- Retroceso diplomático visible: la cancelación se convirtió en señal de debilitamiento del canal de diálogo.
- Afectación a la imagen de los organismos que facilitan estos encuentros.
- Postergación de la cumbre Ruso-Árabe de 2025
- El foro previsto entre Rusia y los países árabes fue aplazado debido a la falta de confirmaciones de asistencia por parte de líderes árabes.
Causas específicas e impacto:
- Debilitamiento del atractivo de la propuesta rusa
- Tensiones en Medio Oriente
- Percepción de desequilibrio en los beneficios del foro.
¿Por qué ocurren estos aplazamientos?
Entre los principales factores están:
- Desconfianza entre los actores clave. Cuando las agendas no convergen o se percibe que una parte puede utilizar el foro como instrumento de ventaja, la cancelación se vuelve probable.
- Conflictos armados o crisis geopolíticas súbitas. Como en los casos de Israel-Irán o Rusia-Ucrania, cuando un detonante se produce, el escenario multilateral se puede colapsar.
- Falta de consenso mínimo previo. Si los organizadores no aseguran compromisos firmes antes del anuncio público, el riesgo escala.
- Volatilidad de los bloques internacionales. En una era multipolar, las alianzas tradicionales se quiebran, lo que reduce la previsibilidad.
- Alta inversión logística vs baja flexibilidad. Cuando un país se compromete con sede, constructivo, seguridad, etc., y luego el evento se aplaza, los costos económicos y reputacionales pueden ser altos.
Impactos para los países y la gobernanza multilateral
Los aplazamientos pueden representar costos diplomáticos para los países sedes (y aspirantes). Perder un evento afecta el branding de un hub diplomático. Asimismo, costos hundidos en lo que se refiere a inversiones en infraestructura, seguridad y logística, que ya no producen retorno inmediato. Asimismo, se corre el riesgo de oportunidades perdidas. La retórica de «estaremos listos» puede perder fuerza si se aplaza.
La gobernanza global también recibe sus impactos. Cada aplazamiento es una erosión al multilateralismo y una señal de debilidad de los formatos tradicionales de reunión. La pérdida del momentum hace que iniciativas clave puedan simplemente diluirse en el tiempo y perder relevancia. Asimismo, promueven a formación de formatos alternativos (foros virtuales, regionales, bilaterales) que suelen ganar terreno ante la incapacidad de realizar grandes encuentros presenciales.




