A pocos días de concluir su gestión en el Ministerio de Educación, el próximo 26 de febrero, el ministro saliente Ángel Hernández visitó la redacción de Diario Libre con una nota de apuntes, su teléfono celular (que no atendió hasta finalizar la conversación), una memoria USB con el resumen de su gestión 2020-2024 y dos tomos impresos que entregó a los periodistas.

Un hombre calmado y seguro, Hernández afirmó que su tranquilidad se debe a que logró los objetivos que se propuso durante su administración.

Logros en el aprendizaje

El ministro destacó la mejora del aprendizaje en el primer ciclo de primaria como uno de sus principales logros. «Creo que es el mejor resultado que dejo en el ministerio: lograr que la gente retome la idea de que lo importante es el aprendizaje de los niños», afirmó Hernández.

Señaló que la alfabetización en los primeros tres grados fue una prioridad bajo su gestión, beneficiando a 427,611 alumnos en el período 2023-2024. También resaltó el aumento en la inversión para la formación docente, la mejora de los recursos educativos y el refuerzo en la supervisión pedagógica.

Disciplina y consecuencias

Hernández destacó la imposición de disciplina en el sistema educativo como otro de sus logros. Explicó que antes no existía un régimen de consecuencias y, por primera vez, se desvincularon más de mil maestros por incumplimiento. Entre ellos, se encontraban docentes que residían fuera del país y otros condenados por acoso sexual, asalto y otros delitos.

Aunque estas decisiones generaron resistencia, especialmente por parte del sindicato de maestros, el ministro aseguró que las medidas fueron irreversibles. «El sistema ha sido debilitado durante mucho tiempo. Si algo he aportado en estos años, es un poco de disciplina», declaró.

Cumplimiento de normas

Hernández insistió en que la falta de disciplina en el cumplimiento normativo sigue siendo el principal problema del sistema educativo. «Lo esencial es que todos los docentes cumplan con su labor en el aula, en el tiempo previsto para la docencia», explicó.

Señaló que la colaboración de la sociedad, los padres, las organizaciones educativas y el sector empresarial es fundamental para exigir el cumplimiento de las normas y garantizar la continuidad de las políticas educativas.

«Que los alumnos pierdan una hora de clases al día es algo que debe corregirse. Hay que asegurar un nivel de cumplimiento adecuado», advirtió.

Bono educativo

Respecto a la posibilidad de implementar un bono educativo para que los padres puedan costear la matrícula en el centro de su preferencia, Hernández consideró que, aunque la idea podría analizarse, no la ve viable en el sistema educativo dominicano.

Recordó que este método se aplicó en Chile durante el régimen de Augusto Pinochet en 1973 y que aún se mantiene. También mencionó que podría ser viable en gobiernos como el de Nayib Bukele en El Salvador.

Sin embargo, explicó que en el contexto local es más complejo, ya que el presupuesto educativo se divide principalmente en tres partidas: salarios, alimentación escolar y pensiones de maestros, esta última sustentada al 100 % por el Ministerio de Educación.